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Pastor Juan Samuel Paquot Rivera

Segundo Vicepresidente Convencion Nacional Bautista de México

PIB Monterrey N.L.

 

“Nada Falta a los que le temen”

Salmo 34: 4- 9

Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.

Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende. Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él. Temed a Jehová, vosotros sus santos, Pues nada falta a los que le temen”.

 

Por la Gracia de Dios hemos venido a ser sus hijos, y disfrutar de la promesa de vida eterna. El Señor solamente nos pide fe, no hay forma de agradarle a Él

La fe, más que una organización global (iglesia) o un conjunto de doctrinas perfectamente sistematizadas, es una relación personal de un hombre con su Dios

Es decir, más que pertenecer a determinada iglesia, o alcanzar un elevado nivel de conocimiento teológico, la fe es una experiencia personal con Dios que nos llena de confianza en todo tipo de circunstancias.

El Señor nos somete a diferentes tipos de pruebas, muy frecuentemente; para probar nuestra fe y/o para incrementarla más y más, y esta es una manifestación avanzada de su gracia para con nosotros.

En varias ocasiones los discípulos del Señor fueron probados y no pasaron la prueba, el Señor les reprendió: ¿Por qué estáis así amedrentados, hombres de poca fe?

La verdadera fe es una plena conciencia de la presencia de Dios con nosotros., y de su infinita bondad para con sus hijos.

Quienes no conocen a Dios, creen en un Dios poderoso pero distante, que en manera alguna les va  a ayudar. Más bien temen ser perseguidos y castigados por él dada su maldad e incredulidad.

 

Pero el salmista enumera las acciones cotidianas de nuestro Dios a nuestro favor: “Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón”  “Este pobre clamó y le oyó Jehová” “Me libro de mis temores, de mis angustias, de mis aflicciones” que son diferentes formas de sufrimiento: el temor nos hace sufrir cuando todavía no somos atacados, la angustia es el sufrimiento moral y emocional que acompaña a un problema físico, familiar o económico, y la aflicción es el sufrimiento real. De todo ello nos libra el Señor

Una promesa enorme del Señor que aparece en este salmo es: “El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen, y los defiende”. Hay cristianos que perciben la presencia del ángel o del Señor mismo como vigilándonos para castigarnos ante la primera falla; pero el Señor habla claramente: “Y los defiende” Él está con nosotros, no contra nosotros, sabemos quién está contra nosotros, quién es el acusador, pero también sabemos quién es nuestro abogado.

Una promesa más en este salmo es “Nada falta a los que le temen” y esto es más que solo saber que tendremos lo necesario, es tener el contentamiento espiritual ante las cosas que no tenemos, porque la falta de contentamiento lleva a la codicia, a la envidia, y a la ingratitud, “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento”

Esa es la gracia de Dios acompañándonos en esta vida.

Cuando hemos recibido esa gracia de Dios que nos cubre, nos libra, nos alumbra, nos defiende, no solo podemos estar tranquilos y confiados en el día de la tribulación, sino que, estaremos dichosos, gozosos y bienaventurados y..

Seremos capaces de reflejar ese cuidado para con nuestros hermanos esa alegría en la comunión, esa defensa que un hermano acusado necesita, y mostrar la gracia de la que el Espíritu Santo nos ha impregnado

Este salmo comienza con votos de alabanza, bendición, exaltación por el nombre de nuestro Dios que complementa la vida de adoración de los que somos llamados hijos de Dios.